viernes, 9 de noviembre de 2012

El Tourmalet

Cuando el gran Miguel Induráin era el rey del ciclismo, recuerdo perfectamente  la etapa reina del Tour de Francia: la subida al Tourmalet.  Incluso cuando nos pillaba en el campamento de verano, aprovechábamos para bajar al bar del pueblo a tomar un café para verlo o comprábamos el periódico a la mañana siguiente, sabiendo que iba a haber una foto impresionante de Induráin pedaleando como un coloso de la antigüedad, lento y seguro, escalando la gran montaña.

Claro que eran otros tiempos, no se batían récords deportivos a todas horas y seguíamos confiando en que estos logros se hacían a base de esfuerzo, constancia y "piteras".


Hoy me ha venido a la memoria esa imagen, porque llevo (llevamos) mucho tiempo subiendo un Tourmalet que parece no acabar nunca. Soy una persona superpositiva, vivo mi espiritualidad sabiendo que todo es cíclico, intento fluir con la vida y ponerle siempre buena cara.  Suelo ser empática, me la juego por lo que creo y me enfado con las injusticias. Obvio que también tengo un "lado oscuro" y hay veces que envidio la suerte de personas que no valoran lo que tienen y últimamente, me descubro pensando, más de una vez, en que si no fuera "persona", agarraría un bate de béisbol (o cualquier cosa que se la pareciera) y me liaría a golpes con algunas empresas o incluso gente concreta.  No me siento orgullosa de ello, pero así soy, o mejor dicho...así estoy. 

Y es que hoy, como diría Ismael Serrano, "con noticias asesinas, me tomo el desayuno"...y no sólo hoy.  Quizás sea que no hay sol, que todas las noticias que he visto son para desanimar al/a más "pinta@"...o que me he levantado con el día torcido. No sé...sólo sé que estoy hasta el gorro de bancarme un montón de cosas, que me canso de verle siempre el lado positivo a todo, que no veo ni un sólo destello de luz en medio del caos y que si me pongo a pensar en el futuro, no sé si "cortarme las venas o dejármelas largas"... 

No os asustéis, que no me durará mucho, seguro...Pero me apetecía dejar de autoanimarme, aunque solo sea por un momento y quejarme.  Quejarme desde lo más profundo de mi corazón y de mis tripas, que es desde donde lo siento.  No voy a hacer una lista de todas las cosas que me gustaría que cambiaran, para qué...Las conozco perfectamente e incluso el orden en que elegiría para que cambiaran o se concretasen.  Hoy no me apetece ser solidaria, pensar que tengo suerte, que hay personas que están mucho peor que yo... Hoy me apetece cabrearme, enfadarme, gritar o pegar unas cuantas patadas a un cojín viejo... O sentarme en el sofá, como si fuera un cactus y tragarme lo que echen por la tele, aunque sea una pelea antológica en el "Sálvame".


Y es que levantarte todos los días con una sonrisa en la cara y con ilusión cuando no hay nada por lo que sonreir o ilusionarse es muy desgastante.  Y ponerle buena cara al mal tiempo, cuando llevas 2 años de mal tiempo continuo se lo regalo a quien lo quiera.  

Hoy me apetece decirle a la gente que tiene curro, que tiene buena salud,  que tiene hij@s, que tiene a su familia cerca, que tiene futuro... que se meta sus quejas por el culo, así de claro.  Hoy me apetece decirle a la gente que nunca ve un partido de fútbol, que me deje en paz cuando saben que es casi lo único que vemos en nuestra casa. Hoy me apetece escribir aquí, aunque sea desnudarse en un foro público, porque me resulta más fácil ponerlo en un post que sentarme a tomar un café y contarlo de palabra.  Hoy me apetece mandar a la mierda a muuuucha gente!!!

Pero solo hoy.  Seguro que mañana me levantaré con más ganas, con mejor humor y con las antenas de fijarme en cosas pequeñas y graciosas bien sintonizadas.  

Mañana será otro día...

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